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Roberto Bohn, el meteorólogo

Roberto Bohn, el meteorólogo

Roberto es el meteorólogo de la Estación Meteorológica y Climatológica de la UTN Facultad Regional San Francisco. Desde 2017, recae en él la responsabilidad de predecir y comunicar el clima de una manera exacta, en un ámbito en donde lo único preciso son las probabilidades.

Nació en Coronel Suárez, provincia de Buenos Aires en 1956. De jóven estudió en la Armada Argentina. Trabajó trece años allí, como meteorólogo marino.

“Arriba de los barcos no tenés internet, o sea que no tenés a disposición las imágenes satelitales. Es otra forma de trabajar, por ahí un poco más limitada, se reciben facsímiles del estado del tiempo, entonces hay que hacer la carta del tiempo, hay que dibujarla con los centros de baja y alta presión y pronosticar cómo van a estar los vientos y demás”, ilustró Bohn.

No obstante, su formación no culminó ahí: “Después fui perfeccionándome, haciendo cursos en el Servicio Meteorológico Nacional y después, también, en forma particular, en la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales), con interpretación de imágenes satelitales y trabajo sobre software específico», precisó. Además, Bohn es docente del nivel secundario y terciario de Educación Tecnológica, Teledetección y Cartografía.

Sobre qué carrera se debería estudiar hoy para ser meteorólogo, opinó: “La carrera máxima a la que se puede llegar hoy día es la Licenciatura en Ciencias de la Atmósfera. Eso se dicta en la Universidad de Buenos Aires. Y el año pasado la Universidad Nacional de Córdoba también comenzó esa carrera. Uno se recibe de licenciado en Ciencias de la Atmósfera y después tiene que hacer un pequeño curso para trabajar en meteorología”.

Bohn tuvo un paso por Bahía Blanca, pero la necesidad de formar una familia lo trajo a San Francisco. “La UTN siempre se dedicó a brindar información desde hace muchos años, información meteorológica, medio siendo el canal de información oficial, así que en el 2017 presenté un proyecto porque había una vacante. Así que ahí entré”, relató.

Los datos son la materia prima del meteorólogo. Ante esto, explicó: “Principalmente, los datos que brinda una estación meteorológica son temperatura, humedad, presión atmosférica -que es muy importante para ver cómo varía-, punto de rocío -es la temperatura en la cual el vapor de agua se condensa-. Y después están las imágenes satelitales con la distribución de las masas de aire, los ciclones y los anticiclones en el continente”.

Por otra parte, puntualizó en cómo es el día a día de trabajar en la Estación Meteorológica de la UTN: “Estoy solo en el servicio. Me están adjuntando un ayudante para ir preparándolo para mi futuro retiro. Estoy permanentemente mirando el estado del tiempo, las imágenes del radar del país. Hay un sistema de radar que se llama Sinarame, que son distintos radares meteorológicos que están ubicados en el país, y de ahí se obtiene bastante información. Mirando la carta del tiempo, cómo está la masa de aire, los centros de alta y baja presión. Permanentemente estar atento a alguna variación que pueda haber. Cuando hay alguna alerta, tengo en el WhatsApp los contactos de algunos especialistas en información en la ciudad”.

Para explicar cómo funciona un radar meteorológico, describió: “El radar emite horizontalmente una onda de una frecuencia que detecta las masas de nubes que tienen algún pequeño desarrollo vertical, que ya puede llegar a dar lluvias o tormentas”.

Consultado acerca de innovaciones en el campo profesional, afirmó: “No hay demasiadas innovaciones. Solamente lo más importante que hay que hacer es observar. En algunos aeropuertos de Argentina se lanza un globo meteorológico, un globo de helio con un transreceptor, que mide la presión, temperatura, velocidad del viento y demás, a distintos niveles de la altura de la troposfera. Esa es verdaderamente una buena información. Las estaciones meteorológicas miden el estado del tiempo a nivel del suelo, pero los fenómenos meteorológicos se dan en la troposfera. Eso es un sistema muy caro porque se pierde esa sonda. Así que el Servicio Meteorológico Nacional, de acuerdo al presupuesto que hay, lo hace en 4 o 5 aeropuertos una vez al día. En países más desarrollados, mejor económicamente, lo hacen más seguido, tres veces por día, en más estaciones. Ahí se obtiene una mejor información de cómo está el estado de la atmósfera”.

Como recomendación para informarse correctamente acerca del tiempo, sugirió: “Es bueno tener la aplicación en el celular de la alarma de lluvia, que son los radares para ir viendo cómo evoluciona una tormenta”.

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